martes, enero 04, 2005

Un mundo nos vigila

Cada vez que por alguna razón me siento desesperada y sin esperanza acerca de cualquier asunto, suelo quejarme con Dios (aunque probablemente es mi pobre angel de la guarda el que me escucha y me aguanta en esos momentos) de todos modos yo me quejo en voz alta, como si de verdad tuviera a Dios en frente, y le digo todo lo que no me parece (si al morir me voy al infierno, va a ser por rebelde) en fin, a lo que quiero llegar es a que cuando en verdad estoy triste, desesperada y enojada, y se lo hago saber a Dios, algo sucede que el problema que me angustiaba se soluciona, así es, milagrosamente mi problema se resuelve, o al menos surge algo que me devuelve la esperanza y la sonrisa. Pero tengo que quejarme, tengo que hacerle saber a Dios que estoy mal y que necesito ayuda para algun asunto especifico, de otro modo no funciona, supongo que por eso existe ese dicho popular que dice: AL QUE NO HABLA, DIOS NO LO OYE. No quiero sonar muy religiosa con todo esto (porque en realidad nunca voy a misa) pero creo que en verdad existe un Dios omnipotente que nos escucha y nos ayuda cuando se lo pedimos de corazón (cuando estamos desesperados, tristes, hartos, cansados, etc.).